Crece la familia del zoológico de Guadalajara con el nacimiento de un hipopótamo de río, especie en peligro.

Nace una cría de hipopótamo en el zoológico tapatío

GUADALAJARA (EFE).— Una cría de hipopótamo de río, especie en peligro de extinción, es cuidada en el zoológico de Guadalajara como su principal atracción.

El bebé de cerca de 50 kilos y aún sin nombre festejó el jueves pasado su primer mes de vida con un pastel de zanahorias crudas, alfalfa y avena, que también comió su madre Tami.

La cuidadora de los animales, Alma Ortega Flores, explica que la especie se alimenta de leche materna en los primeros ocho meses de su vida, aunque a los seis meses ya es completamente independiente de su mamá.

El hipopótamo nació en cautiverio, a los ocho meses de gestación y en un parto en el agua. Es la tercera cría de Tami y Tartufo, hipopótamo que también vive en el zoológico. “Tuvimos que bajar el nivel del agua unos días antes para que el parto fuera más seguro y pudiéramos observar que la cría estuviera segura y tomando leche”, indica la veterinaria.

Los primeros días los cuidadores debieron llevar la comida hasta el agua, ya que la madre prefería amamantar y dormir junto a su pequeño, al que los veterinarios describen como una cría muy inquieta a la que le gusta explorar el espacio que habita y espantar a las palomas que llegan hasta ahí.

Suele escaparse en la hora de comida de su madre, que va a buscarlo y lo regaña con un fuerte gruñido.

El hipopótamo está por alcanzar los 50 kilos de peso, que en su edad adulta se transformarán en tonelada y media o tres toneladas, como resultado de ingerir al menos dos kilos diarios de cereales, alfalfa, zanahoria y un alimento especial.

La especie se encuentra en situación vulnerable debido a la caza furtiva.

“Con este tipo de animales su único depredador es el ser humano, por (la caza para extraer) el marfil de los colmillos y por ir reduciendo el espacio natural donde ellos viven; está en estado vulnerable por efecto humano y cambio climático”, señala Ortega Flores.

Por ahora madre e hijo permanecen solos en un estanque lejos de Tartufo, como medida de protección.