Capacidad de volver a iniciar

En los últimos años hemos visto que ha cobrado auge una palabra que frecuentemente se usa para resaltar determinado contexto emocional: resiliencia.

La resiliencia es un término tomado del idioma inglés que designa la habilidad para recobrarse o adaptarse ante situaciones de cambio o adversidad. Dentro de un contexto psicosocial, la persona resiliente posee ciertas habilidades personales como el sentido del humor, la valentía, la perseverancia y el autoconocimiento, al igual que la capacidad de interactuar con su entorno, que le permiten maximizar los recursos que el medio le ofrece para superar airosamente las situaciones penosas que tenga que enfrentar.

Según el diccionario de la Real Academia Española, la resiliencia es la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos. También la define como la capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.

Podemos decir que esta capacidad se puede aprender, podemos trabajar ejercitándonos en la resiliencia. A lo largo de nuestra vida podemos vivir muchos eventos traumáticos, que nos pueden marcar e impedir vivir saludablemente.

Podemos aprender la resiliencia como esta capacidad de adaptación que nos ayuda a ser dueños de nosotros mismos, a controlar nuestras emociones y, entender nuestra capacidad de respuesta ante estos tipos de eventos estresores.

No debemos pensar que esto lo lograremos solos, excepcionalmente alguien podrá decir que sin la ayuda de nadie ha podido salir adelante y superado los eventos en situación de riesgo, pero por lo general la resiliencia se logra y se aprende en compañía. Solo abriéndonos a la reciprocidad del otro, a la alteridad, y experimentando su presencia podemos ser fuertes y salir adelante. Cuando nos replegamos y creemos que solos podemos solucionar todo, la frustración nos invade

La oración, el diálogo con Dios, acercarse a los sacramentos y a la vida comunitaria nos ayuda a superar los problemas que la vida nos pone cada día. La fe es un elemento que radicalmente hace la diferencia en la manera como podemos superar las adversidades.—