Diario de Yucatan

Debacle de la derecha, pese a los ataques

FI L I BERTO PI NELO SANSORES ( * ) fipica@prodig y.net.mx

En mi artículo de hace dos semanas escribí que Morning Consult, consultora internacional que hace encuestas semanales en 20 países de distintos continentes, para que se sepa cómo son evaluados sus gobernantes por sus ciudadanos, había mostrado que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien desde hace bastante tiempo ocupa la segunda posición en esas mediciones, tenía un porcentaje de aprobación del 63 por ciento.

Dos semanas después, en la evaluación del 3 al 9 de agosto, su porcentaje se incrementó hasta el 69 por ciento. Mundialmente, AMLO sólo es superado, entre 20 mandatarios evaluados, por Narendra Modi, primer ministro de la India, con 74 por ciento de aprobación (https://morningconsult.com/global-leader-approval/). Ningún presidente de México había llegado a su Cuarto Informe ante el Congreso de la Unión, en septiembre, con este apoyo.

Ello en un ambiente de cada vez más y desmesurados ataques a sus proyectos, obras de gobierno, opiniones, persona, e incluso, su familia.

¿A qué se debe que un presidente tan brutalmente atacada tenga cada —————

(*) Maestro en Español. Especialista en política y gestión educativa vez mayor aceptación? A que los ciudadanos de México, de manera abrumadoramente mayoritaria, le están dando la razón en el debate sobre lo que debe o no hacerse en el país.

Los niveles de aceptación que tiene son todavía más altos que cuando fue electo, al punto de que, puede decirse, que si las elecciones para el cargo presidencial fueran hoy y AMLO contendiente, indudablemente, obtendría una votación mucho mayor que la que obtuvo cuando triunfó en 2018.

Esto está desesperando a la oposición que no halla qué hacer para evitar la debacle que se le aproxima. Cree que echándole todas las culpas de las desgracias que ocurren en el país que, en gran medida, son fruto de los malos gobiernos que tuvo, que lo condujeron hasta el punto donde estaba cuando fueron echados del poder presidencial, van a conseguir que el pueblo le voltee las espaldas, a él y al gran movimiento de transformación que encabeza.

Uno de los graves problemas que el gobierno de la 4T ha tenido que enfrentar es el de la inseguridad, particularmente, la que se presenta en algunas regiones del país, innegablemente, fruto de la corrupción de los gobiernos anteriores, particularmente, los de Calderón y Peña Nieto, que permitieron el crecimiento exponencial de las bandas del crimen organizado hasta niveles en que se hizo difícil combatirlas por el mucho dinero que han acumulado, la movilidad que han alcanzado y el poder de fuego que han desarrollado.

Esa inseguridad que frecuentemente ofrece episodios de violencia demencial como la que se vio en las acciones de Ciudad Juárez y ciudades de Baja California tiene como raíz los muchos años de estarse fortaleciendo estas bandas a partir de cuando Felipe Calderón implementó la guerra contra las drogas, en la que combatió a unos grupos mientras pactó con otros por la vía de su secretario de Seguridad, Genaro García Luna, hecho que creó las condiciones del inmenso caldo de cultivo que, hoy, rinde sus podridos frutos.

Los estallidos de violencia son, sin embargo, como oro molido para quienes son la causa de que la situación del país se haya deteriorado tanto y atacan con fiereza, pero también con alto grado de cinismo, las políticas de seguridad pública que este gobierno pone en práctica para reducir los altos índices de violencia a que se llegó en ciertas regiones, que incluyen el uso de las fuerzas armadas para proteger a la población y detener a los delincuentes en flagrancia.

La semana pasada, por ejemplo, cuando en cuatro estados, Jalisco, Guanajuato, Chihuahua, Baja California se presentaron estallidos de violencia por diversas causas, en los que, gracias a la actuación de las fuerzas de seguridad, que se movilizaron con rapidez, se contuvo la explosión y hubo un buen número de delincuentes detenidos, la derecha, en lugar de reconocer la actuación de estas fuerzas, ha aprovechado los sucesos para denigrarlas y redoblar su petición de que, parte de ellas, el ejército y la marina, en concreto, regresen a sus cuarteles, esto, en el momento que más falta hacen al país para proteger a su población de las acciones bélicas de los criminales.

Es prácticamente sobre los hombros del gobierno federal que está recayendo todo el peso del combate al crimen porque los gobiernos estatales carecen de la fuerza necesaria para hacerlo. Retirar a las fuerzas armadas de las tareas que tiene encomendadas es, sencillamente, dejar absolutamente desprotegidas a millones de personas cuando por cualquier motivo las hordas de la delincuencia salgan a matarse o a disparar a quien se cruce en su camino.

Es un hecho que, en los tiempos actuales, si hay alguna fuerza de seguridad que garantiza en México la realización de acciones de protección a la sociedad, ésta es la que está constituida por la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina.

El dogmatismo de algunos sectores sociales que no pueden, por esto mismo, ver cómo se transforman los entes sociales, encasillen a las dos últimas fuerza en moldes que fabricaron cuando gobernaban los corruptos.

Durante los 4 años de este gobierno, aquel Ejército y aquella Marina que eran usados por aquellos gobernantes para reprimir o violar derechos humanos, han dado ejemplos de un comportamiento acorde con los más acendrados cánones del respeto a esos derechos y están ayudando a México en los momentos en que más lo necesita. Si a esto se aúna el que quien los comanda es un demócrata, que no los usa para reprimir o para ayudar en fraudes electorales como hicieron en el pasado esos que hoy se dan baños de pureza desde la oposición, se concluye que son fuerzas que deben permanecer.

Nuestro país ha cambiado. Ya no se deja manipular. Es por eso que no obstante la profusión de noticias falsas y opiniones torcidas, la fortaleza presidencial no cede y es probable que tenga su manifestación más elocuente el próximo año —en las elecciones en dos estados— y, en 2024 —en las generales para renovar los poderes Ejecutivo y Legislativo de la nación—, al optar el pueblo por la continuidad de su propuesta. El naufragio de la derecha se acerca cada día.— Mérida, Yucatán.

PÁGINA EDITORIAL

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2022-08-19T07:00:00.0000000Z

2022-08-19T07:00:00.0000000Z

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