El vino, figura en películas

Hola mis queridos lectores. El tema de hoy está relacionado con estas noches de verano en las que nos quedamos en casa a disfrutar una buena copa de vino y viendo una buena película.

El vino es parte del celuloide ya que aparece, de manera discreta, en un buen número de películas.

Una manera de inmortalizarlo es convirtiéndolo en escenario. Esto es algo lógico si tenemos en cuenta el atractivo cinematográfico que tienen los colores del viñedo durante todo el año.

ESCENAS INMORTALES

Dada la amplia filmografía en la que el vino está presente, resulta complicado quedarse con una pequeña selección de películas que lo homenajean. A pesar de ello, he querido elegir algunas cintas que todos recordamos y los llevaré de la mano a esas escenas inmortales:

Hay una botella de Chateau cheval blanc, de 1947, en la mesa de Antón Ego, el crítico gastronómico en la película “Ratatouille”.

En la película “El Padrino” se puede ver un Castello di Gabbiano de 1948.

Hannibal Lecter en “El silencio de los inocentes” pide comer un hígado humano con un muy buen Chianti.

En “Un buen año”, Russell Crowe recibe una herencia y disfruta de un vino blanco moscatel dulce.

“Entre copas”, una oda al enoturismo, muestra esos bellos lugares de Napa Valley y los protagonistas bebían pinot noir.

En “Ben Hur”, un clásico del cine, Charlton Heston, tras una épica batalla, bebe un merlot dulce.

Para finalizar, me quedo con una frase de Federico Fellini, el más grande de los cineastas: “Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada persona que lo saborea”.

Hasta la próxima semana. ¡Qué viva el vino! —————

(*) Sommelier.