Diario de Yucatan

“Te nos fuiste pronto”

Recuerdan a las mamás finadas en cinco cementerios

—JOAQUÍN CHAN CAAMAL

Los cinco cementerios de Mérida que abrieron ayer sus puertas con motivo del Día de la Madre recibieron una visita constante durante el horario permitido de 8 de la mañana a 4 de la tarde y se espera que hoy continúe la misma afluencia.

El prolongado cierre de los cementerios por causa de la pandemia y la ausencia de las familias en los camposantos ocasionó que las tumbas, osarios y criptas estuvieran cubiertas de maleza.

El subdirector de Servicios Generales del Ayuntamiento de Mérida, Arturo Antuña Silveira, informó que en el cementerio de Xoclán habían ingresado poco más de un millar de personas de 8 a 11 de la mañana. La afluencia fue constante durante el día en los cinco panteones de la ciudad y las familias llegaron de manera ordenada, respetaron las normas de sanidad y vialidad y pasaron por el arco desinfectante que instalaron en la calle principal de Xoclán para prevenir posibles contagios del coronavirus.

El licenciado Antuña informó que por instrucciones del alcalde Alejandro Ruz Castro abrirán hoy para darle oportunidad a las familias que visiten a sus difuntos en el Día de la Madre. “Vemos que están limpiando las bóvedas donde yacen los restos de sus difuntos”, comentó el funcionario.

“El flujo es constante y están abiertos los cementerios General, Jardines de Paz, Panteón Florido, Xoclán y Chuburná, en Mérida, y los de las comisarías”.

Antuña Silveira, quien estuvo al frente del grupo de trabajadores municipales que aplicó el protocolo sanitario en Xoclán, recordó que el semáforo epidemiológico del Covid de Yucatán es de color amarillo y el Ayuntamiento evaluará con estas aperturas programadas si hay las condiciones para abrir gradualmente los cementerios. Por lo pronto, hoy, cuando concluya el horario de visita volverán a prohibir el acceso. Solo darán servicios funerarios y administrativos.

Como ocurre en cada visita a la tumba de un difunto, sus familiares rezan oraciones y cuentan las penurias que viven, por lo que dejan correr sus lágrimas. Eso se vio en una bóveda de Xoclán. “La otra semana es tu cumpleaños (el 17 de mayo). Te nos fuiste muy pronto, no asimilamos tu partida querida madre”, narró una de las dos hijas de Nelsy Rejón Moreno, quien falleció a los 63 años de edad y ya lleva un año de ausencia.

“Aprovechamos que abrieron el cementerio para venir a visitarte, no habíamos venido por la situación de la pandemia, pero sabes que todos los días estás en nuestro corazón, todos los días vives en nuestro corazón, no necesitamos venir a tu tumba a llorarte”, relató la joven mujer entre llanto apenas depositó dos ramos de flores y prendió las veladoras en el osario. “Queremos sigas viendo por todos tus hijos desde el cielo, que nos guíes, que nos des sabiduría para afrontar esta vida, que entre hermanos no nos estemos peleando, que vuelva a ver esa unión de cuando tú estabas”.

En la víspera del Día de la Madre, en el cementerio de Xoclán, Rosita Araujo Molina y su hija recogieron las hojas secas que cubrían la tumba de su progenitora, arrancaron con una coa las yerbas y colocaron un arreglo floral.

No lloraron, sino que rieron cuando reprodujeron un vídeo de un teléfono celular en el que se observaba a su mamá meciéndose en su hamaca y viendo una película de su amor platónico: Pedro Infante.

“Mi mamá tenía 79 años de edad cuando falleció de embolia. Estaba muy enferma y falleció cuando iniciaba la pandemia. Le gustaba cantar la canción ‘El venadito’, de Pedro Infante y aunque no hablaba por su mal, siempre movía sus brazos cuando oía esa canción”, contó Rosita Araujo.

“Le encantaban las flores, su cuarto parecía florería. También le gustaban mucho los perfumes y el refresco. Todavía la oigo en la casa, veo su sombra, creo que soy especial porque siento que me llama”.

Rosita contó que su madre Gladys Elvira Molina Vega fue una de las personas privilegiadas que conversó con Pedro Infante cuando él vivía en Mérida. Según explicó, su madre le contó que ella tenía 10 años, vivía por el rumbo de la colonia Mayapán y por allá el famoso actor visitaba a una muchacha.

Ella y su hermana de 16 años ya sabían el día y la hora en que pasaba y se sentaban a esperar que lo hiciera.

Era tal la costumbre que el cantante las empezó a saludar y les obsequió un racimo de plátanos.

Ese momento quedó grabado en su madre y lo acompañó hasta su muerte.

Cada mes visitaba su tumba, pero con la pandemia solo va cuando abren el cementerio Xoclán y le lleva flores que tanto le gustaban a su madre.

Local

es-mx

2021-05-10T07:00:00.0000000Z

2021-05-10T07:00:00.0000000Z

https://diarioyucatan.pressreader.com/article/282132114321772

Compania tipografica Yucateca